La Migravía Coco – Galápagos fue nominada como “Lugar de Esperanza” por el Director Ejecutivo de Turtle Island Restoration Nework Todd Steiner (derecha), fotgrafiado en la Isla del Coco en una expedición científica con el Dr. Alex Hearn, fundador de MigraMar (centro) y Joakim Odelberg.

Contacto:
Brett Loveman, Director de Comunicaciones
Mission Blue
bloveman@mission-blue.org 

Todd Steiner, Fundador y Director Ejecutivo
Turtle Island Restoration Network
tsteiner@seaturtles.org 

La primera área protegida marina binacional del mundo gana impulso como “Lugar de Esperanza” (Hope Spot)

PACÍFICO ESTE TROPICAL (12 de mayo de 2020) – La que podría convertirse en una de las primeras áreas marina protegida del mundo, que conecta las reservas de biosfera de la UNESCO de dos países, ha sido declarada “Lugar de Esperanza” (Hope Spot) de la organización Mission Blue, lo cual destaca la necesidad de implementar soluciones vanguardistas para proteger especies altamente migratorias, como las tortugas marinas y los tiburones del Pacífico Este Tropical. 

Conocida como la Migravía Coco-Galápagos, este “Lugar de Esperanza” es una autopista submarina migratoria de 120,000 kilómetros que conecta las áreas protegidas de dos naciones soberanas: el Parque Nacional de la Isla del Coco de Costa Rica con la Reserva Marina Galápagos de Ecuador, ambos sitios reconocidos como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

La Dra. Sylvia Earle, fundadora de Mission Blue, ha dicho: “Tuve la oportunidad de conocer los tiburones en las Galápagos en 1966. Pensé que había encontrado el lugar con más tiburones en el planeta: tiburones martillo, galápagos y sedosos – Es un lugar mágico, que claramente es importante no sólo para los tiburones, sino también por su rica diversidad de vida. En 1972, tuve la oportunidad de visitar la Isla del Coco. En medio de estas islas hay mucha agua. Ahora sabemos que los tiburones no sólo viajan entre la Isla del Coco y las Galápagos, sino que también por todas partes. Ellos encuentran comida por todo el océano en el que viajan. Es importante pensar como los tiburones, las tortugas marinas y las diversas formas de vida que no sólo se encuentran en los lugares que hemos nombrado y reclamado como territorio. Debemos considerar a las criaturas que ocupan este espacio líquido que llamamos océano y darnos cuenta de que, si vamos a tomar medidas para protegerlas, no basta con que la Isla del Coco y las Galápagos tengan un área que brinde refugio a su alrededor. ¿Qué pasa con el espacio que está en medio de ellas? Este tiene que ser protegido también. Eso es fundamental.” 

MigraMar, una red de grupos que realizan investigaciones científicas para comprender mejor y salvaguardar las especies migratorias marinas en el Pacífico Este Tropical, reveló que especies marinas en peligro de extinción como los tiburones ballena (Rhincodon typus), las tortugas verdes (Chelonia mydas), los tiburones sedosos (Carcharhinus falciformis) y los tiburones martillo (Sphyrna lewini), utilizan esta migravía para moverse entre las reservas marinas. Sin embargo, cuando estas especies abandonan las áreas protegidas, ingresan al océano abierto donde corren un grave riesgo por la pesca industrial.

“Este es un paso muy importante para proteger la ruta migratoria de tiburones, tortugas marinas y otras especies en un área que conecta dos parques nacionales emblemáticos, declarados Patrimonio de la Humanidad”, dijo Carlos Manuel Rodríguez, Ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica. “Esto es hacer historia y una nueva era de protección de nuestra vida marina”.

“Esto representa un avance en nuestra forma de pensar acerca de cómo proteger las especies altamente migratorias amenazadas, que no se quedan en un solo lugar como las reservas marinas de Galápagos o Isla del Coco”, dijo Todd Steiner, Director Ejecutivo de Turtle Island Restoration Network, una organización mundial sin fines de lucro para la conservación de los océanos que forma parte de MigraMar y que nominó la Migravía como Lugar de Esperanza. “Al expandir estas áreas marinas protegidas y al trabajar activamente con los gobiernos de Costa Rica y Ecuador junto con varios socios adicionales para crear el primer acuerdo bilateral, permitiremos que las especies en peligro de extinción migren de manera segura fuera de las pequeñas áreas marinas protegidas y conectar los parques marinos de dos naciones soberanas, algo que esperamos sirva de ejemplo para todo el mundo.”

La Isla del Coco y las Islas Galápagos tienen regulaciones que controlan la manera en que las personas y las actividades comerciales pueden interactuar con las islas. A pesar de estas restricciones, los conservacionistas enfrentan varios desafíos para proteger el Parque Nacional Isla del Coco y la Reserva Marina de Galápagos. La abundancia de peces y otras especies salvajes en el área son atractivas para la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), también conocida como caza furtiva, y se considera una de las mayores amenazas para estas áreas protegidas. Esta pesca ilegal también perjudica a otras especies como los delfines y las tortugas marinas a través de la captura incidental. La falta de fondos ha obstaculizado los esfuerzos de protección, y el área marina protegida de la Isla del Coco es demasiado grande y remota para que la Guardia Costera de Costa Rica la patrulle todo el tiempo. Del mismo modo, la Reserva Marina de Galápagos cubre un área de aproximadamente 80,000 millas cuadradas y también es muy difícil de patrullar de manera efectiva. Además, el sector pesquero ha rechazado la aplicación de medidas yde estas áreas.

“Proteger las especies altamente migratorias de Galápagos, como las tortugas marinas y los tiburones, a través de la creación de la Migravía Coco-Galápagos es crucial para mantener el equilibrio ecológico de nuestro medio marino; y proteger el medio marino es crítico para proteger los medios de vida de nuestra gente, quienes confían en la generosidad del mar y los ingresos proporcionados por el gran número de ecoturistas que vienen aquí cada año “, dijo Norman Wray, Presidente del Consejo de Gobierno de Galápagos.

El equipo de Mission Blue ha ido dos veces a la Isla del Coco, en 2015 y nuevamente en 2017, para una expedición especial enfocada en encontrar y marcar tiburones. Liderada por la Dra. Sylvia Earle, fundadora de Mission Blue, y Kip Evans, Director de Expediciones y Fotografía, Mission Blue trabajó en estrecha colaboración con científicos, incluido MigraMar, para aprender más sobre el movimiento y el estado de conservación de los tiburones migratorios.

Varias organizaciones internacionales y nacionales se unieron a Turtle Island Restoration Network (Estados Unidos) para co-patrocinar la nominación de la MigraVía Coco-Galápagos como Hope Spot, incluida la Asociación CREMA (Costa Rica), CMAR, Equilibrio Azul (Ecuador), MigraMar, Misión Tiburón (Costa Rica), Pacifico, Universidad San Francisco de Quito (Ecuador) y Upwell (Estados Unidos). Muchos conservacionistas y líderes de renombre mundial han expresado su apoyo a la MigraVía.

“La protección de los puntos críticos en el océano, como el Parque Nacional de la Isla del Coco, es solo un primer paso para asegurar su futuro”, dijo Laura Chinchilla Miranda, expresidenta de Costa Rica. “Necesitamos ir más allá de esto y proteger las autopistas oceánicas utilizadas por especies altamente migratorias en peligro de extinción como el tiburón martillo, la especie más emblemática de la Isla del Coco. Costa Rica se ganó su reputación internacional en la década de 1970 a través de la creación de su Sistema de Parques Nacionales, y ahora tiene la oportunidad de tomar el liderazgo junto con Ecuador para estar a la vanguardia de la gobernanza marina mediante la creación de la Migravía Coco-Galápagos y darle a estas especies en peligro de extinción una oportunidad en la lucha por su supervivencia y recuperación”.

“Las migravías son un puente necesario para la colaboración regional, para garantizar la protección y la gestión sostenible de nuestros ricos ecosistemas marinos, a fin de hacer frente a la explotación y a la creciente amenaza del cambio climático. La conectividad es clave, tanto científica como políticamente, para cerrar la brecha entre la ciencia y la política “, dijo Zdenka Piskulich, de PACIFICO. “La Migravía Coco-Galápagos es un ejemplo importante de cómo la ciencia puede impulsar un proceso para garantizar que los gobiernos puedan adoptar decisiones informadas para proteger estas importantes rutas migratorias.”

“La Migravía Coco-Galápagos es una arteria vital en la red de puntos críticos de biodiversidad que tenemos la suerte de compartir aquí en el Pacífico Oriental”, dijo el Dr. Alex Hearn, fundador de MigraMar y profesor de la Universidad de San Francisco en Quito, Ecuador. “A lo largo de los años, hemos rastreado tiburones martillo, tortugas verdes, tiburones ballena y tortugas carey a lo largo de esta cadena de montañas submarinas que une dos de las reservas marinas más impresionantes del planeta. Convertirla en un Lugar de Esperanza y llamar la atención de la comunidad mundial sobre la vía acuática es un gran paso para apoyar a los gobiernos de Ecuador y Costa Rica en el desarrollo de una protección significativa para estas especies migratorias en peligro de extinción a medida que se mueven por el océano .”

“La creación de la Migravía Coco-Galápagos es una excelente oportunidad para que Costa Rica y Ecuador fortalezcan aún más sus lazos al proteger un ecosistema único en el mundo”, dijo Yolanda Kakabadse, conservacionista ecuatoriana y expresidenta de World Wildlife Fund International. “Aunque ciertamente surgirán desafíos, estos se quedan cortos al lado de la oportunidad de garantizar un océano saludable para nuestras futuras generaciones.”

Acerca de Mission Blue
Dirigida por la legendaria oceanógrafa, la Dra. Sylvia Earle, Mission Blue está uniendo una coalición global para inspirar una oleada de conciencia pública, acceso y apoyo para una red mundial de áreas marinas protegidas: “Lugares de Esperanza” (Hope Spots). Bajo el liderazgo de la Dra. Earle, el equipo de Mission Blue implementa campañas de comunicación que elevan los Lugares de Esperanza al escenario mundial a través de documentales, redes sociales, medios tradicionales y herramientas innovadoras como Google Earth. Mission Blue se embarca en expediciones oceánicas en forma regular, que dan visibilidad a estos ecosistemas vitales y generan apoyo para su protección. Mission Blue también apoya el trabajo de las ONG conservacionistas de todo el mundo que comparten la misión de generar apoyo público para la protección de los océanos. La alianza Mission Blue incluye más de 200 grupos respetados de conservación del océano y organizaciones afines.

Acerca de Turtle Island Restoration Network
Turtle Island Restoration Network (TIRN) es una organización mundial sin fines de lucro dedicada a la conservación y defensa de los océanos y la vida marina del mundo. TIRN ha dirigido más de 25 expediciones de marcaje a la Isla del Coco desde 2009 para ayudar a dilucidar las rutas migratorias de tiburones y tortugas marinas en el Pacífico Tropical Este. Nuestro trabajo se basa en la ciencia, impulsado por personas que se preocupan por el medio ambiente, y es efectivo para catalizar un cambio positivo y duradero que proteja a las tortugas verdes, los tiburones ballena y el salmón coho. Al trabajar con personas, comunidades y nuestros más de 90,000 miembros, preservamos y restauramos hábitats críticos como las riberas de los bosques de secuoyas de California y las biodiversas aguas de la Isla del Coco.

Acerca de MigraMar
MigraMar fue fundada en 2006 como una red de científicos dedicados a la investigación y conservación de especies marinas migratorias en el Pacífico Oriental. Su misión es proporcionar el asesoramiento técnico necesario para la conservación de las especies marinas migratorias en el Pacífico Oriental. La red está compuesta por 20 investigadores pertenecientes a universidades, agencias gubernamentales y organizaciones sin fines de lucro en diferentes partes del continente americano. MigraMar proporciona información científica sobre los patrones migratorios de las especies marinas, evalúa y pronostica el estado de las poblaciones, con el fin de aumentar el conocimiento sobre estas, comprender el papel que desempeñan en el ecosistema y la mejor manera de preservarlas.

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